Corrían los locos 80’s y había una serie anime que nos había cautivado a todos/as por completo. Las andanzas de un pequeño guerrero con cola de mono en busca de unas misteriosas bolas mágicas, nos tenía todas las semanas pegados frente al televisor. Dragon Ball había llegado a nuestras vidas, para nunca más marcharse.
Y no tendríamos que irnos muy lejos en la historia de esta mítica serie, para encontrar al personaje del que hoy hablaremos en nuestra sección. Los intrépidos y jóvenes Goku y Bulma (además del secundario Ulong), eran ya amigos y socios en la búsqueda de las famosas bolas de dragón. Caminaban por un árido y extenuante desierto, cuando de pronto apareció un bandido alto, fuerte y bien parecido. Su nombre: Yamcha.
Al principio, es capaz incluso de plantar cara a Goku, pero no tarda en darse cuenta de que es imposible competir con él y, tanto él como su extraño amigo Puar, se unen al grupo en busca de las bolas mágicas. Y es precisamente esa actitud y manera de hacer, la que nos ha llevado a introducirle como miembro representativo de esta sección. De hacernos creer que podría convertirse en un personaje principal, poderoso e importante en la serie, a acabar siendo en el mejor de los casos, un secundario de relleno y sin demasiada repercusión en la trama principal.
En sus primeras apariciones, no tarda en rendirse a los encantos de la bella Bulma. En realidad, los dos jóvenes se gustan y esto da pie a múltiples escenas divertidas y cómicas con las que entretener al espectador/a mientras se desarrollan los acontecimientos importantes. Es convidado de piedra por ejemplo, de la primera transformación de Goku en mono gigante, cuando están presos en el castillo del Rey Pilaf. También de la primera que vez tanto el maestro Roshi como el propio Goku, nos enseñan la mítica técnica del “Kamehameha” en el castillo destruido del Rey Gyumao (padre de Chichi).
Todas sus apariciones, se acaban diluyendo sin que su presencia sea necesaria o importante en la historia. Participa en tres “Grandes torneos de las Artes Marciales” seguidos y, en todos acaba siendo derrotado en rondas previas a la final. Pero donde se verdad se ve mejor su faceta de “loser” es cuando aparecen los grandes villanos de la serie. En la lucha contra los Guerreros del Espacio, Napa y Vegeta, Yamcha es asesinado por una de las “semillas espaciales” que luchan junto a estos dos enemigos. Con puntualizar, que tras su muerte, es Krilin quien lo venga y destruye a estas semillas, creo que ya está dicho todo. Tras permanecer entrenando (y olvidado totalmente) con el Dios Kaito en su planeta, finalmente es resucitado al final de la “Saga Freezer”. Aunque su vida no mejora.
Cuando los Androides aparecen, intenta plantarles cara junto a sus amigos, pero a punto está de volver a morir en malos del siniestro Dr. Gero, aunque consigue sobrevivir a duras penas. Pero su tormento no termina aquí, ya que poco después, asiste a los denominados “Juegos de Célula” en los que Gohan, Goku y sus amigos se preparan para luchar contra el androide verde y, nuestro amigo Yamcha casi vuelve a perder la vida, a manos de uno de los diminutos hijos del monstruo (Cell Jr.). Con lo que al final de la saga, decide retirarse del mundo de la lucha casi por completo.
Pero si la vida de este chico no os parecía ya lo bastante triste, durante la “Saga de Buu”, ya fuera de todos los focos, vuelve a ser asesinado por el monstruo rosa, mientras permanece recluido en el Palacio de Kamisama. Aunque lo vuelven a resucitar con las Bolas de Dragón, esta vez del dragón de Namek y, hasta le da tiempo de participar y ayudar con su minúscula fuerza, en la “Bola Genki” de Goku que destruye al malvado Buu.
En definitiva, no podemos decir que Yamcha nos caiga mal. No tenemos nada contra él, no podríamos ni sería justo. Siempre ha hecho lo que ha podido. Si bien es cierto, que nos decepcionó un poco su evolución en la serie de Dragon Ball. De lo que podía haber sido cuando apareció, a lo que acabo siendo finalmente, hubo un abismo. Y en esta sección, nos gusta fijarnos en este
tipo de personajes o inventos de los que esperábamos mucho más, de lo acabaron siendo realmente. Por eso creemos que el gran Yamcha encaja a la perfección en esta idea. Y le deseamos lo mejor, allá donde esté.